¿Y si el peinado fuera el reflejo de lo que nos pasa en la cabeza?
- ¿Te gusta mi trenza?
- ¿Qué trenza?
- Esta, la que tengo en la cabeza.
- No tenés ninguna trenza.
- ¿Cómo que no? si yo venía pensando en algo y de repente se me cruzó la idea de otra cosa y me acordé de lo que me dijeron ayer y entonces me olvidé de mi idea anterior, la primera, y empecé con lo otro, lo que ví por la calle, pero justo llegaste vos y no sé... pensé que tenía en la cabeza una trenza.
- Sí, tenés razón, ahora la veo, tenés una trenza.
- Ah ¿y te gusta? ¿me queda bien?
- No sé, le falta algo... fijate si le podés dar una vuelta...
- Pero entonces sería un rodete.
- Sí, un rodete, pero con la trenza también, todo junto.
- ¿Todo junto? ¿no se me va a hacer un nudo?
- ¿Un nudo en la cabeza? Puede ser.
- Mejor desarmemos todo.
- Sí, a veces hay que empezar de nuevo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Muy bien, eso es lo que esperaba de vos. A seguir trabajando que a los lectores nos gusta leerte.
Aaaaahhh si habré comprado "Head & Shoulders Acondicionador" para intentar sacarte alguna que otra vez trenzas y rodetes (que ya eran nudos marinero) de la cabeza.
Buenísimo gorda. Mis felicitaciones.
Tu amiga turista.
Publicar un comentario