Quizás no pasó tanto tiempo desde aquella última vez, pero pasaron tantas cosas. Porque el tiempo es así de elástico. En la misma cantidad a veces entra mucho y otras no entra nada. Como las hojas de un cuaderno, que se llenan de sueños, de datos, de aprendizaje o sólo de boludeces. O a veces de todo junto.
Como la alacena de la cocina, que a veces no tiene nada y otras parece tener demasiado.
Como las panzas, chatas a la mañana e infladas después de cenar.
Como el perro de la esquina, a veces lleno de furia y a veces repleto de calma.
Como el barrio, tan tranquilo los domingos pero ruidoso los lunes.
Como la cama, tan radiante cuando estás y vacía cuando te vas.
O como el sol, tan brillante cuando quiere, solamente cuando quiere.
Como la vida. Tan feliz cuando llegamos. Triste cuando fracasamos. Perfecta cuando soñamos. Tranquila cuando esperamos. Dulce cuando nos miramos. Oscura cuando callamos. Tan hermosa cuando amamos. Vacía cuando no estamos. Pero siempre, siempre viva. Viva si la disfrutamos.
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2 comentarios:
Uf, me dejaste sin palabras.
Un beso, te extrañamos.
Me encanto éste texto!!,
Sabé que sigo tus cuentitos... soy tu fan!!
Besotes Laru!!
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