Este lugar tiene unas medialunas horribles, pan con forma a medialuna. Por lo general atienden mal, las mozas se entretienen charlando en la barra y no te miran cuando las llamás. El café es normal, no tiene nada especial, pero por algún motivo la taza siempre llega chorreada en uno de los costados.
Las sillas son de madera vieja, rígidas y duras, muy poco confortables. Y las mesas, también de madera, casi todas tambalean y no se mantienen firmes.
La carta consta de una hoja tamaño oficio impresa en papel madera oscuro, y suele tener manchas de grasa o comida que dificultan la lectura de la mayoría de los platos que se ofrecen.
El salón principal, colmado de mesas una al lado de la otra, no tiene demasiada luz natural, ni siquiera los días en los que el sol brilla con su mayor fuerza. Las ventanas no son muy grandes y la construcción está como metida para adentro, por lo que el techo se plagó de viejas lámparas con luz amarilla que genera un clima tenue y quizás un poco melancólico.
Yo visito este bar cada jueves desde hace ya varios meses. No porque me guste, claro está, pero de todas formas sentarme en este bar me genera algo especial.
Acá la gente parece feliz, relajada, despreocupada. A nadie le importa si la mesa se mueve o la taza está sucia, nunca escuché que nadie se quejara. La gente viene a pasarla bien, a disfrutar, viene porque quiere. Hay parejas enamoradas, grupos de amigos, siempre algún extranjero y personas que se reúnen cordialmente por algún tema de trabajo, supongo. También hay gente sola, como yo, que disfruta de mirar.
Acá todos son bienvenidos. Nadie está de más ni queda fuera de lugar. Un hombre con traje, la chica de las polainas, la mujer con botas de cuero y tapado de visón, el que recorre las mesas ofreciendo cds truchos en una cajita de cartón. Todos nos sentimos cómodos. Todos estamos como queremos estar. Qué lindo es este bar, me encanta.
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4 comentarios:
Todos tenemos un lugar así, que amamos y odiamos.
Magistral su escritura, desde Rosario mis respetos.
Esta muy bueno para mi xq habla de las distintas miradas q podemos tener acerca de una misma cosa o lugar,en este caso.Si estamos abiertos,si somos flexibles,permitimos estos cambios.Me encanto.
Algunos dicen que tal vez sea la contradicción nuestra característica más distintiva. Yo prefiero pensar que ese montón de cosas que sentimos, hacemos y no parecen tener lógica, tienen una lógica diferente, más sutil, una lógica casi invisible.
A mí me pasa lo mismo. Lo mismo.
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