viernes, 10 de agosto de 2007

Black out


Sentada en mi casa, la que ahora va a ser mi casa, o ya lo es, o todavía no. Sentada esperando nada. Sí, esperando algo, pero sin el apuro del que espera, sin la carga del esperar, sin prisa ni ansiedad; solo esperando porque eso fue lo que me trajo hoy acá. Con el sol de la tarde, hermoso sol, el sol que elegí, que elegimos juntos, porque nosotros decidimos desde donde mirarlo, y pensamos cuidadosamente desde donde nos iba a mirar, y así lo quisimos. Y ahora que ya podemos disfrutarlo lo siento mío, nuestro. Tenemos un sol, y con eso tenemos todo.
Tan vacío pero tan lleno. Sin nada y a la vez con tanto. No hay muebles, ni siquiera un pequeño taburete (no sé si alguna vez tendremos uno), pero hay ideas, sueños, ganas y proyectos. Hay risas, besos, miradas y caricias. Hay esfuerzo, dedicación y empeño. Hay todo lo que necesitamos, porque hay el amor que nos tenemos.
Un ruido me hace asomar al balcón y mirar la calle, la vieja calle, o la nueva calle. No es la misma calle que caminaba hace algunos años, se ve distinta. Más grande, más seria, más sólida, se ve desde arriba, pero sí es la misma.
El barrio también se ve distinto, mi viejo barrio, o mi nuevo barrio, el barrio que me vio crecer y el que ahora nos va a ver juntos.
Tenemos black out, que se suba el telón y que empiece esta nueva vida.

3 comentarios:

Barbara dijo...

Que empiece...

mono dijo...

hermoso texto, sobretodo porque refleja muy bien esos momentos donde sentimos que la agujita del reloj puede volver a marcar cero y nos largarmos con fuerza a lo que viene. En tu caso parece ser muy bueno.
Que empieces con la mejor !!!

laura dijo...

me encanta como describís, los detalles, cosas chiquitas, domésticas, diarias, pero inmensas, que me hacen "ver" a través del texto.
me gusta mucho

beso

laura