miércoles, 29 de agosto de 2007

Voy a leer


"Aroma de café amargo". Me lo prestaste entusiasmada, con la consigna de que a mí me iba a gustar. Y lo miro. Lo miro llenar mi biblioteca vacía. Miro sus colores, su espesor y el dibujo de su tapa. "Sí, voy a leerlo" pienso, y me pongo a ordenar la cocina. Quizás mañana, cuando tenga más tiempo. Ahora tengo que pensar si hago fideos largos o rulito.
Ah, cuando tenga un velador. Ahí sí lo voy a leer, antes de dormir. Los días que no vaya a yoga, ni llegue muy tarde, ni alquilemos una peli. Lo voy a leer mientras él también lea. Sí, lo voy a convencer para que lea. Le va a hacer bien leer un poco.
Aunque si estamos los dos en casa, mejor charlar, si no nos vemos en todo el día.
Lo voy a leer en el colectivo, cuando viaje sentada. Últimamente no ando mucho en colectivo, pero podría empezar.
O mejor lo leo cuando voy al baño... pero voy a leer muy poco, no me sirve.
Queda bien en la biblioteca blanca, le da color.

4 comentarios:

pavelushka dijo...

Que bien estas escribiendo Laris, como todo cierra, como la historia tiene rumbo y final, y de banal pasa a ser unica...

Resumen: me gusto mucho

Barbara dijo...

Devolveme mi libro.
Te quiere
Bart

laura dijo...

Lo cotidiano narrado con profundidad, deja de ser un simple relato cotidiano. Tiene un motivo, le encontrás el porqué. Me encantó cómo contás.

beso

laura b

María del Carmen dijo...

No contabas con que te leyera la dueña del libro...