miércoles, 17 de octubre de 2007

Tanto

100 pesos. Es como no tener plata. Ir a un kiosco con 100 pesos es como ir con intenciones de robar algo. Podés pedir una bolsa llena de golosinas inútiles sólo para tratar de llegar a una suma lo más significativa posible, para que de todas formas y pongas la cara que pongas, al extender inocentemente tu mano y apoyar los 100 pesos en el pequeño mostrador te miren con cara de “ah, me quisiste cagar desde el momento que entraste y empezaste a elegir cualquier cosa, haciéndote el fanático de las golosinas” y entonces te acusan de no tener cambio y chau, guardás los 100 pesos y te vas, y ahora encima te quedaste con las ganas de comer golosinas.
Y ni hablar de subir a un taxi con 100 pesos. La gente ya ni siquiera lo intenta. No sé cómo pero los taxistas se las ingeniaron para hacerle saber al mundo que subir a un taxi con 100 pesos es tan inadmisible como subir sin un centavo. O aun peor, porque si tenés 100 pesos no sos un pobretón, alguien que sale a la calle con 100 pesos en la billetera es porque está en una buena posición económica, pero sin embargo no los querés largar, te aprovechás del pobre tachero que amablemente paró cuando lo llamaste y se dirigió sin chistar hacia donde vos querías ir, y ahora vos, tacaño y desconsiderado, no le querés pagar. ¿O acaso pretendés que te entregue generosamente y porque sí todo el cambio que pudo recolectar, y así se quede sin un peso para el resto del día?. No, ya entendimos que tomar un taxi con 100 pesos no se puede, está implícitamente prohibido.
Entonces nos damos cuenta de que es así, tener 100 pesos es como no tener plata. ¿Será que a veces es necesario tener poco para tener algo? Mirá ese tipo, tiene una mina distinta cada noche, así nunca va a tener una mujer al lado. ¿Pero cómo, no tenía una cada noche? Ah, sí, pero con tantas mujeres no se puede llegar a nada, nunca va a querer a ninguna de verdad.
Mirá las estrellas. Qué lindo cuando el cielo está repleto de estrellas. Pero entonces ¿dónde está esa que miro siempre? la brillante, creo que es Venus. ¿Y las 3 Marías? Se me mezclan con las demás. Es que a veces cuando hay tantas, cuando hay tanto, no logramos distinguir lo que realmente nos importa. ¿Será así?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Increíble.

Lucila Russ dijo...

Me gusto mucho tu texto, Lara.
Ojalá que andes bien, que tengasd un lindo fin de semana.
Débora.-