lunes, 30 de julio de 2007

Dolor de cuello


El dolor no me deja escribir ¿es realmente así? Parece serlo, pero ¿por qué el dolor?
Uf! Malditas explicaciones. El dolor porque sí, porque a veces duele, porque le pasa a cualquiera. Pero cuando le pasa a uno surgen las interpretaciones. ¿Quién quiere interpretarlo? Es dolor y punto.
Sobran las formas de entenderlo y los motivos a los que adjudicárselo. Pero no nos enrollemos con especulaciones ni saquemos conclusiones falsas e inventadas. Es un dolor como cualquier otro. Hoy me tocó a mí. Mañana será alguien más. Al que le toca, le toca. Como el terrome-terrome. A veces es así, y basta. ¿Qué tantas explicaciones? ¿O acaso cuando hacíamos terrome nos cuestionábamos por qué le había tocado al pobre desafortunado que salió? Le había tocado, y punto. Mala leche, agua y ajo -a aguantarse y a joderse-. Así es la vida, a veces toca.

lunes, 23 de julio de 2007

Hombre cartón

Ganador, altanero y vaquero.
Compañero, hombre fiel, triunfador.
Constructor de la vida, comprador de alegría,
Un buenazo, un compinche, un señor.

Cuando busca pan para su vida.
Cuando pasa el tren del terror.
Y camina las calles tan frías.
Cuando el hombre se llama cartón.

Mal conocido, hombre bandido.
Ser decadente, alma imprudente.
Pobre de sueños y de esperanzas.
Un mal nacido, chorro de raza.

Tren callejero, dame dinero.
Busca fortuna por la basura.
Canta bajito, silba poquito.
Nadie lo mira, es porquería.

Pasan las calles, pasa la vida.
Vuelve a su casa, busca alegría.
Pasan los años y su estación.
Vuelve a su barrio, es un señor.

En un cuarto, quince

Son personas, almas sueltas por la vida.
Nada pueden decir, nada quieren callar.
Y se miran y se piensan y se escuchan
Y se ayudan y se sienten y se van.

No se tocan, no se miran, no se lloran.
No se juzgan, no se huelen, no se están.
Parpadean y se llenan de preguntas.
No responden, solo piensan, nunca mal.

En un cuarto quince almas se lamentan.
En un cuarto quince sueños que se van.
Muchos crecen, muchos sufren, muchos quedan.
En un cuarto quince rostros que no están.

Las paredes los escuchan desde lejos.
Las miradas más perdidas pasarán.
Los carteles, los avisos y los besos.
Las penumbras, los encuentros que serán.

Piden fuerte, no se callan.
Piden pronto, piden más.
Son tan pocos en el mundo.
Están solos y no están.

En un cuarto quince almas se lamentan.
En un cuarto quince sueños que se van.
Muchos crecen, muchos sufren, muchos quedan.
En un cuarto quince rostros que no están.