domingo, 26 de septiembre de 2010

Eso que hay que ver y no podés


No lo mires. Tiene demasiado todo y demasiado nada, por favor no lo mires.

Si lo ves puede parecerte raro, pero además podría llegar a gustarte.

¿Y qué tiene eso de malo? Que entonces no entenderías y creerías que todo es así, diferente, raro, misterioso, eterno. Tomarías una forma indescifrable, única y terrible. Serías parte de eso y parte de nada más, serías eso. ¿Qué te parece?

A partir de ahí todo se vuelve incomprensible entre nosotros. Ya no hay diálogo ni excusas, tampoco hay fronteras porque no habrá límites para vos ni para nadie. Serás otro, serás un desconocido, para mí, para vos mismo, para todos. Y no serás nada para nadie, solo eso. ¿Tenés miedo?

Nosotros vivimos de esto. Contagiamos sensaciones misteriosas y temibles. Como sueños infinitos, como si una vez despierto, un rincón de tu conciencia aun siguiera durmiendo, hasta siempre.

Son mil voces las que hablan en la noche pero nadie las escucha claramente. Son fantasmas disfrazados de condena.

Si lo miras, verás todo lo que digo, lo verás tan claramente que jamás podrás volver a ser el mismo. Y no podrás sentir nada sin teñirlo de siniestro.

No lo mires, pero sabé que sin eso, nunca jamás serás nada.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Espacio


Hace tiempo que no nos encontramos. Quizás buscamos en los lugares equivocados, o no buscamos. Tenemos miedo de tantas cosas que dejamos de intentarlo.
Estamos presos del tiempo y de sus formas. Tenemos todo menos eso, eso que falta, que siempre falta y sin embargo no lo buscamos.
Nos evitamos. No podemos soportar que somos algo tan chico, tan poco. Casi nada. Pero todo. Para mi soy todo, pero un todo que no alcanza.
Ese barullo perfecto que nos perturba de noche, que nos contagia sus penas y salpica sus temores. Tenemos esto, es lo que queda. No me importa si lo pierdo.