lunes, 24 de enero de 2011

Desde otro tiempo


Nunca conocí los colores de mi abuela. Las fotos solo muestran rasgos en tonos de grises. Pelo oscuro. Piel blanca. Ropas monocromáticas. Nada de vida.
Ahora sé que sí la tuvo. Ojos verdes, uñas rojas, expresión de melancolía.
Todos éramos distintos cuando en la infancia que nunca ví ellos juntos eran cinco, una familia completa, como la mía mil años después.

Siempre supe que extrañaba eso que jamás viví. Son almas que me rodean desde algún lugar del tiempo que a veces, entre mis sueños, se hace sentir tan presente.

Ese lugar al que no fui me visita y me recuerda. Me conocen. Yo lo sé. Y me aman desde ahí, desde su lugar perdido. A veces traen mensajes que aprendí a comprender. Los escucho, los percibo. Alguna vez tuve miedo. Es mi familia invisible, esa que nunca se fue.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Guauuu...consecuencia del libro ;)
muy bueno!
Lu